Bueno, así soy Señor, el demonio me obligó a hacerlo. El hombre no era creación de Dios, de eso no cabía duda. Sólo Dios sabía de qué montón de estiércol primordial supurante había surgido el hombre.
Burgess, Anthony. Poderes terrenales. El Aleph Editores, 2008 (pàg. 708). Traducció de José Manuel Álvarez Flórez.
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