Ralph y yo estábamos por entonces más o menos domiciliados en Barcelona, en un piso amplio, no muy lejos del Barrio Gótico. ¿Por qué España, o más bien Cataluña, que no es del todo España? Porque, por entonces, a mí me parecía mejor el fascismo suave que el socialismo confiscatorio. Por la arquitectura de Gaudí y la cocina de Los Caracoles. Ralph, que al principio mascullaba e incluso discutía porque le tomaban por moro, se enorgullecía cuando le identificaban como primariamente norteamericano. Aprendió catalán con la fruición con que posteriormente aprendería el dialecto oma, del África Oriental. Pero la verdad es que estábamos más tiempo fuera de Cataluña que en ella. Me llamaban de ciudades como Helsinki y Estocolomo y Río de Janeiro para conferencias literarias en las que había más política que literatura.
Burgess, Anthony. Poderes terrenales. El Aleph Editores, 2008 (pàgs. 749 i 750). Traducció de José Manuel Álvarez Flórez.
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