No es bueno adorar a la gente por ser perfectos, porque si resulta que tienen algún defecto o alguna mancha en su currículum -y siempre las tienen-, entonces nuestra fe debe venirse abajo. Es preferible admirar a los ídolos por las cosas extraordinarias que hacen a pesar de ser personas absolutamente normales (l’historiador Clayborne Carson parlant de Kapuscinski).
Domoslawski, Artur. Kapuscinski non-fiction. Galaxia Gutenberg, 2010. Traducció de Javier Villaverde González i Agata Orzeszek (pàg. 438).
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